Hace un par de semanas se celebró en Irak el Campeonato Nacional de Deportes para Personas con discapacidad.Podrán preguntarse qué tiene esto de especial, pues bien, Fakhir Ali Al-Jamaly, secretario del Comité Paralímpico Nacional de ese país, dio a conocer que en dicho evento participaron alrededor de 250 deportistas con alguna invalidez física. Lo escalofriante de tal cifra es que aproximadamente el 80 por ciento de esas personas quedaron con alguna incapacidad a consecuencia de la guerra.
Aunque no se hable de números oficiales, dicho organismo ha calculado que de los 27 millones de habitantes de Irak, alrededor de 3 millones sufren de alguna discapacidad a consecuencia de la guerra.
Pero para esos deportistas se acerca la fecha en que vive cualquier esperanza; muchos ya sueñan con ganar una medalla en los juegos paralímpicos de 2008, a pesar de no contar con sitios de entrenamiento adecuados y mucho menos con los recursos económicos para los viáticos de Beijing, lo que los alimenta es su sueño de alcanzar y lograr las metas.
A pesar de que sólo voleibol es la única formación que ha clasificado oficialmente a la competencia, algunos iraquíes se han olvidado que no cuentan con piernas, manejan taxis para conseguir unos centavos con tal de que el equipo de halterofilia pueda viajar; otros siguen con su oficio, como el periodista de la AFP Said Hamed Rassoul, quien fue herido en la guerra y ahora sigue laborando para ahorrar y poder representar a su país.Pero las víctimas de guerra no nada más están de aquel lado del mundo.Estados Unidos, en “agradecimiento por sus servicios”, desarrolló el US Paralympic Military Program (Programa Estadounidense Paralímpico Militar) para los soldados que sufrieron alguna mutilación en la guerra. Actualmente cuenta con 45 soldados en rehabilitación y es dirigido por el ex militar John Register, quien perdió una pierna en la Guerra del Golfo. Se espera que de éstos, varios asistan a este verano a China.
Como ejemplo es el caso de Melissa Stockwell que cuando era niña practicaba gimnasia y soñaba que algún día estaría en unos Juegos Olímpicos. En 2004 se encontraba en Bagdad en una misión de abastecimiento; cerca de su automóvil, explotó un bomba que provocó que perdiera la pierna izquierda. Tras varias cirugías, continuó con el trabajo de rehabilitación basado en la natación; hoy, Melissa es una de las grandes promesas estadounidenses en la prueba de los 400 metros libres.El tema va más allá, a pesar de que Londres será la sede para los Olímpicos de 2012, varios mandatarios del gobierno iraquí propusieron como sede de los Paralímpicos de ese año a la ciudad de Falluja, apoyados por el ejército norteamericano, quienes han estadio haciendo labor social para extender el deporte en aquella región, pues la consideran un “gran semillero”.
Lo que han dejado claro aquellos que participarán en la próxima edición paralímpica en agosto es que quieren demostrar que ”Irak ama la vida y la paz y quiere vivir en paz".




Hoy hubo humo blanco en las instalaciones del Centro de alto Rendimiento del Comité Olímpico Mexicano, y es que el destino del Tri está echado al decirle adiós a Hugo como timón de la selección mexicana.
Hugo cavó su propia tumba con declaraciones como que México ganaría la Copa Oro, la Copa América, calificaríamos a Juegos Olímpicos, que jamás convocaría a “argentinos o brasileños” y que seríamos campeones del mundo. Pero no sólo eso influyó en su destitución, ya que el “macho” nunca logró deslindarse de la cancha como jugador.



Los aficionados del Leeds siempre habían sido gente violenta e irreverente; posterior al estreno del filme, acudían al Ellan Road Stadium vestidos de blanco, con bastón y bombín y maquillados. Estos "DeLarge" atemorizaron cualquier estadio en el que jugara su equipo por más de 15 años, generando graves problemas humanos, sociales, económicos y diplomáticos para el gobierno de Margaret Tatcher. Imaginarlos caminando por las calles, girando el bastón o viajando en los trenes ataviados como el personaje podría parecer una locura, pero en esos años era una realidad dolorosa reflejada en los escenarios decrépitos de los estadios que vivían en un continuo ambiente de violencia.